Recuerdos de Bogotá Estaba muy joven cuando llegué a Bogotá por primera vez para quedarme a estudiar. Recuerdos inolvidables. En una época en que salía de la niñez a la adolescencia y en la que me enamoré de una muchacha que llegó a la misma casa con una hermana menor que era muda y que requería la ayuda de una institución para poder comunicarse con los demás, pues entendía todo fácilmente sin ningún problema. Era muda y creo que algo de sorda. Allí concluimos los tres en la misma vivienda a cuenta de una familia cuyo esposo salvó mi vida de ahogarme en Ibagué en los bañadertos del Salado, y que se dedicaba al oficio de la mecánica de carros muy cerca de la avenida 6a. o Avenida de los Comuneros, mientras su esposa trabajaba en el D.A.S. cuando apenas esta ciudad era una de las pocas que se avizoraban con ser una de las más importantes de nuestro hemisferio. Se vislumbraba desde mucho antes por ser llamada"La Atenas Suramricana" debido a las historias conta...
Cerros tutelares de Bogotá
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Pueblo que no conoce su historia, está obligado a repetirla.
del Abuelo, hoy Monserrate; y "El pie de la Abuela" que conocemos como "El cerro de Guadalupe" y de los cuales la cultura Muisca en esos sincretismos culturales no olvidaría sus costumbres ancestrales de adorar a sus dioses dentro de las mismas montañas o en lo alto de ellas, por los caminos que los llevaban a sus lugares sagrados, y que los españoles harían también con la celebración de las Semanas Santas entre los años de 1.620 a 1.630 a hacerlos desde la parte baja de lo que era la falda de las Nieves como se le llamaba en esos tiempos al cerro de Monserrate, y 20 o más años con la veneraciones en el cerro de Guadalupe que data de 1.656 con festejos que se fueron alternando indistintamente, y que en este último debido a los inconvenientes presentados en el de Monserrate también cogieron fuerza entre los feligreses y sus celebraciones respectivamente con cada uno de los santos que adoraban, y de la construcciones de las ermitas desde los tiempos del impero romano entre las montañas, donde estos se aislaban para enseñar y profesar su fe religiosa.
La fiesta de la Cruz como costumbre, los españoles la comenzaron celebrar en en el cerro alto de las Nieves, que coincide muy cerca adonde hoy está "La iglesia de las Nieves" hasta la cima en que para llegar, lo hacían mediante estaciones que fueron construyendo y donde colocaban un letrero que enseñaba el misterio de uno de los pasos de "La Semana Santa" que en la estación se veneraba, hechos por los miembros de la comunidad de la Cruz y que iban desde el pie de la cuesta hasta la cúspide, mientras los fieles iban rezando los misterios de la pasión de Cristo. Había pasado un siglo desde el descubrimiento y fundación de la ciudad cuando ya como tradición de estos en las cimas habían colocado en cada una de ellas dos crucifijos como viejas costumbres ermitañas, y que Don Juan de Borja , Presidente del Nuevo Reino de Granada, y el mismo que decretó la guerra contra Los pijaospor la misma época para garantizar el paso de la cordillera de Los Andes entre el sur occidente de lo que hoy es Colombia y la ruta para llegar a la sabana de Santafé de Bogotá, un experto en lo concerniente a los conocimientos militares, y buen administrador de La Colonia Española. Estadista y guerrero a la vez, que aprovechó las divisiones entre en la confederación de los indígenas, y fundó poblaciones como Coyaima y Natagaima que con el tiempo hoy constituyen también leyendas de sus propias culturas. Así, autorizo a Don Pedro Solís de Valenzuela en 1.640 a la construcción de una Capilla dedicada a la Virgen Morena de Montserrat, quien sabía que era el lugar ideal para un monasterio, que vio realizada su obra en 1.657 a donde años más tarde albergaría al Señor Caído de Monserrate hecha por el maestro santafereño Pedro de Lugo y
Albarracín, y que por su valor artístico logró congregar a la feligresía de la ciudad en torno a su imagen a pesar que la ermita se construyó en la advocación a la virgen debido a que un tío de Pedro Solís y Valenzuela fue antes Abad del Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat en Cataluña (España); y por lo que el cerro con "El Cristo Caído" se denominó entonces de Nuestra Señora de la Cruz de Monserrate en 1.650 que además de su atractivo natural, gastronómico y religioso y de tradición histórica y de devoción ha sido un lugar de peregrinación, aunque en el momento actual también por su atractivo turístico y de fervor religioso con "La Virgen del Cerro de Guadalupe" este ha tenido seguidores en advocación a La Virgen Morena cuya devoción surgió en España y que después adquiriría fama y devotos con su aparición milagrosa en el Cerro de Tepeyac de México al indígena Juan Diego el martes 12 de diciembre de 1.530 , y cuya devoción desde hace 4 siglos perdura con los que van a visitarla, a pesar que la efigie corresponde a "La Virgen María Inmaculada" patrona de "La Arquidiócesis de Bogotá", pero que en cuanto a la cantidad de feligresía que la visita no es lo mismo que la de Monserrate, tal vez por el carácter de su devoción al "Cristo Caído", por la cercanía a las mismas calles históricas de la ciudad, o seguramente porque también a través de los años desde la creación de la ermita ha sido destruida varias veces por los terremotos que se dieron en 1.743, 1,785 y 1.827 hasta que fue reconstruida en el gobierno de Tomás Cipriano de Mosquera en 1.843 y afectada nuevamente en el terremoto de 1.917 donde permaneció destruida durante varias décadas hasta que se reconstruyó la ermita en 1.940 y con una estatua de una Virgen elaborada por el escultor Gustavo Arcila Uribe en 1.946 de 15 metros de altura, y que en circunstancias diferentes con el tiempo la estatua donada de "La Virgen de Montserrat" desaparecería en 1.711 del lado del "Cristo Caído" en circunstancias no aclaradas mientras hacían obras de reparación a la ermita, o porque los devotos solo iban a visitar a la que encarnaba los sufrimientos de Jesús en su viaje al Calvario por la tradición extendida por los católicos, y la misma de los españoles que llegaron en la conquista, y que con el tiempo en 1.995 otra replica sería donada por la comunidad benedictina de la que existe en la abadía de Monserrat en España para reforzar la peregrinación de sus devotos en el mundo.