Bogotá.

Cerros tutelares de Bogotá

Pueblo que no conoce su historia, está obligado a repetirla. Más conocidos como los cerros tutelares de Bogotá que se encuentran en la parte oriental de la ciudad, son parte de la historia de la ciudad capital desde la llegada de Gonzálo Jiménez de Quesada y mucho antes de la llegada de estos, tanto así que según las tradiciones indígenas, aún no discernimos bien si el cerro  del Abuelo, hoy Monserrate; y "El pie de la Abuela" que conocemos como "El cerro de Guadalupe" y de los cuales la cultura Muisca en esos sincretismos culturales no olvidaría sus costumbres ancestrales de adorar a sus dioses dentro de las mismas montañas, o en lo alto de ellas, por los caminos que los llevaban a sus lugares sagrados, y que los españoles harían también lo mismo con la celebración de las Semanas Santas entre los años de 1.620 a 1.630 a hacerlos en la parte baja de lo que era la falda de las Nieves como se le llamaba en esos tiempos al cerro de Monserrate, y 20 o más años...

El Chorro de Quevedo

El Chorro de Quevedo

Es la plazoleta pública donde pernoctó Gonzalo Jiménez de Quesada con su tropa, y adonde fundó más tarde Santa Fe de Bogotá, lugar donde posiblemente construyó las 12 chozas que dieron inicio a la nueva población, siendo el sitio que era utilizado por el Zipa Muisca para ver toda la altiplanicie y de recreo posiblemente. Debe su nombre a un sacerdote Agustiniano llamado Quevedo que construyó una fuente pública para los campesinos de la región en 1.832 y que funcionó hasta 1.896 cuando se cayó un muro y la destruyó.

En 1.969 se reconstruyó basado en imágenes antiguas a la vez que en ese mismo año también se inauguró La Ermita de San Miguel del Príncipe a imagen y semejanza de la antigua Capilla del Humilladero que existió a un costado del actual Parque de Santander, y al frente del edificio Avianca en el lugar a donde Fray Domingo de las Casas dio su primera misa oficial para fundar a la ciudad, en el mismo sitio que se construyó a los 4 años de ser fundada una Ermita tal y como los españoles construían a la entrada y salida de los pueblos, pero debido a que terminó siendo una inspección de policía y además ser considerado un sitio que no embellecia el actual Parque de Santander, fue demolido por orden de la Cámara de Representantes a la Gobernación de Cundinamarca el 20 de abril de 1.887 .

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