Bogotá.

Recuerdos de Bogotá

Recuerdos de Bogotá Estaba muy joven cuando llegué a Bogotá  por primera vez para quedarme a estudiar. Recuerdos inolvidables. En una época en que salía de la niñez a la adolescencia y en la que me enamoré de una muchacha que llegó a la misma  casa con una hermana  menor que era muda y que requería la ayuda de una institución para poder comunicarse con los demás, pues entendía todo fácilmente sin ningún problema. Era muda  y creo que algo de sorda. Allí concluimos los tres en la misma vivienda a cuenta de una familia cuyo esposo salvó mi  vida de ahogarme en Ibagué en los bañadertos del Salado, y que se dedicaba al oficio de la mecánica de carros muy cerca de la avenida 6a. o Avenida de los Comuneros, mientras su esposa trabajaba en el D.A.S. cuando apenas esta ciudad era una de las pocas que se avizoraban con ser una de las más importantes de nuestro hemisferio. Se vislumbraba desde mucho antes por ser llamada"La Atenas Suramricana" debido a las historias conta...

Putumayo

 

El departamento de Putumayo, ubicado en la región amazónica de Colombia, tiene una historia rica y diversa. Antes de la llegada de los colonizadores españoles, el territorio estaba habitado por diversos grupos indígenas como los Cofán, Tukano, Camsá, Inga, Siona y Coreguaje. En 1.492 parte del territorio Kamentsá fue conquistado por el Inca Huayna Cápac, y posteriormente, en 1.542  los españoles tomaron control de la región. La colonización española trajo consigo la explotación de recursos naturales y el sometimiento de los pueblos indígenas, quienes fueron obligados a trabajar en encomiendas y misiones religiosas. Durante este período, la Iglesia Católica desempeñó un papel fundamental en la evangelización y en la organización social de la región. Los capuchinos catalanes, por ejemplo, establecieron misiones en el Putumayo con el objetivo de "civilizar" a los indígenas y expandir la frontera cristiana; lo que  tuvo un impacto devastador en los pueblos indígenas, afectando su cultura, territorio y bienestar  que afectaron sus formas de vida tradicionales. La llegada de los españoles trajo consigo la explotación de recursos naturales y la imposición de nuevas estructuras sociales y económicas.

A lo largo del siglo XIX el territorio del Putumayo fue objeto de disputas territoriales y conflictos entre colonos, indígenas y el Estado colombiano. La expansión de la frontera interna y la penetración del piedemonte amazónico fueron impulsadas por políticas gubernamentales y por la acción de las misiones religiosas. Este proceso de colonización sentó las bases para la integración del Putumayo en la estructura nacional de Colombia; así también uno de los episodios más trágicos que le  sucedieron  fueron la explotación del caucho en la Amazonía, liderada por la Casa Arana, que resultó con el genocidio de miles de indígenas. La violencia extrema, el trabajo forzado y el desplazamiento marcaron esta época, dejando cicatrices profundas en las comunidades. A pesar de estos abusos, los indígenas han luchado por la recuperación de su territorio y el reconocimiento de sus derechos, logrando avances como la creación del Resguardo Predio Alto Putumayo en 1.988.

Hoy en día, las comunidades indígenas continúan enfrentando desafíos como la explotación de recursos, la falta de consulta en decisiones gubernamentales y la presión de corporaciones multinacionales, y la penetración de diversos grupos armados que han evitado la estabilidad de esta región. Sin embargo, han mantenido su resistencia y han trabajado para preservar su cultura y territorio.

Mocoa, la capital del Putumayo se encuentra en un punto estratégico de la geografía, al unir el país amazónico con el de los Andes. Desde su fundación en 1.563, cuando Gonzalo de Avendaño llegó allí, en su travesía por encontrar “El Dorado”, y abatido por el clima selvático y los indígenas que rechazaban a los nuevos visitantes, se convirtió en un punto de referencia para la colonización y el extractivismo, pero también, el lugar donde la cultura occidental ha aprendido a reconocer y a encontrarse con el mundo indígena y la selva amazónica. Su fundación  bajo el nombre de San Miguel de Ágreda de Mocoa en honor al Arcángel San Miguel. Sin embargo, antes de su consolidación como ciudad, la región ya era habitada, y había sido escenario de varios intentos de asentamiento. Desde sus inicios, enfrentó desafíos, incluyendo ataques de indígenas no contactados, quienes destruyeron repetidamente los intentos de fundación. En 1.630  los indígenas andaquíes incendiaron el poblado casi por completo, lo que llevó a su traslado a una ubicación más estratégica. A pesar de estos obstáculos, la ciudad logró establecerse y convertirse en un importante centro comercial en el siglo XIX. Y lo mismo que sucedió con los desastres naturales recientes en 2.017 adonde una devastadora avalancha afectó la ciudad, causando pérdidas humanas y materiales significativas. Este evento resaltó la resiliencia de la comunidad y la necesidad de medidas preventivas, en donde ha demostrado una capacidad de adaptación impresionante a lo largo de los siglos.

Durante la colonia, Putumayo estuvo ligado a Popayán y formó parte del Departamento de Azuay, que incluía territorios de Ecuador y Perú. Tras la desintegración de la Gran Colombia en 1.830 continuó perteneciendo a la Provincia de Popayán, que en 1.857 fue anexada al Estado Soberano del Cauca. Con la reforma constitucional de 1.886 pasó a llamarse departamento.

En 1.905 se creó la Intendencia del Putumayo, pero en 1.909 fue integrada a la Intendencia del Caquetá. En 1.912  se estableció la Comisaría del Putumayo, que adquirió autonomía territorial al año siguiente. Entre 1.953 y 1.957 debido a disturbios públicos, fue fusionado con el Departamento de Nariño, pero en 1.957 recuperó su estatus como Comisaría Especial del Putumayo. Finalmente, en 1.991 se convirtió en el Departamento del Putumayo, con Mocoa como su capital.

El nombre del departamento proviene del río Putumayo, que en quechua significa "vasija de agua frutal". Su historia refleja una mezcla de influencias indígenas, incas, coloniales y republicanas que han dado forma a su identidad actual. Así como Putumayo y Mocoa muchos pueblos indígenas en América Latina y el mundo han sufrido impactos similares debido a la colonización. En Colombia, además de los pueblos del Putumayo, otros grupos como los Muisca, Zenú, Wayuu, Kogi, Arhuaco, Emberá y Nasa enfrentaron la pérdida de territorio, la imposición de la religión católica y la explotación laboral en encomiendas y minas.

A nivel continental, los Aztecas en México, los Incas en Perú, los Mapuches en Chile y Argentina, y los Taínos en el Caribe fueron sometidos a procesos similares de conquista y colonización. La llegada de los europeos trajo consigo enfermedades devastadoras, desplazamientos forzados y la imposición de nuevas estructuras de poder que alteraron profundamente sus sociedades.

A pesar de estos desafíos, muchas comunidades indígenas han resistido y han trabajado para preservar su cultura, idioma y tradiciones. Hoy en día, continúan luchando por el reconocimiento de sus derechos y la protección de sus territorios.

Orito es un territorio que han ocupado diferentes culturas indígenas desde mucho antes de la llegada de los españoles. Los Cofán, los Inga, los Siona, los Kamentsa y los Coreguaje, tienen profundos conocimientos de la flora del piedemonte amazónico, sobre todo para usos medicinales, lo cual tiene un valor cultural que hoy se trata de preservar. Originado de un campamento petrolero a mediados del siglo XX  con la llegada de personas de todas las regiones del país, pero principalmente del Nariño, por la oferta de empleo y servicios que esta actividad da, y se convirtió en el tercer municipio con mayor población del Putumayo. Hoy El Paraíso Amazónico, como popularmente se le llama a este municipio de Putumayo, busca armonizar el conocimiento ancestral, el esplendor de sus ecosistemas de selva, piedemonte, bosque andino y páramo con las necesidades económicas de sus pobladores.

Puerto Asís  fundado por los misioneros capuchinos sobre el río Putumayo a inicios del siglo XX  cogió importancia para el país al convertirse en el centro de operaciones durante la guerra con Perú. Por esta razón el municipio cuenta con aeropuerto siendo el principal puerto del Putumayo, desde donde se establecen relaciones comerciales con Ecuador, Perú, el departamento del Amazonas y, por ende, de Mocoa. Hoy es el de mayor población de toda la región amazónica de Colombia, y cuya actividad económica se relaciona con el uso del bosque, la ganadería y el comercio.

Puerto Caycedo es producto del camino de herradura construido para unir Mocoa con Puerto Asís, hizo que pequeños asentamientos dispersos que existían a su margen, prestaran servicios de hospedaje y alimentación. Los comerciantes y viajeros, fueron permaneciendo cada vez más tiempo, hasta constituir lugares de vivienda permanente, y así  durante la segunda mitad del siglo XX  Puerto Caicedo se fue convirtiendo en un pueblo a orillas de río Putumayo.

Puerto Guzmán está ubicado sobre el río Caquetá, al norte del departamento del Putumayo y a dos horas de Mocoa por carretera. Esta vía es muy reciente, siendo una construcción comunitaria que gracias al impulso de uno de los fundadores del puerto, Don Jorge Julio Guzmán,quien  junto a dos amigos vallunos, llegaron al Putumayo con la idea de una amazonía baldía y de tierras vírgenes, qué pronto se encontraron aislados y sin recursos, donde solo el señor Guzmán quien resistió, y por lo cual la junta le otorgó el nombre del pueblo en su honor.Hoy el principal puerto del Putumayo sobre el río Caqueta.

Puerto Leguízamo fue fundado por misioneros capuchinos a inicios del siglo XX sobre el río Putumayo, inicialmente tenía el nombre de Caucayá, pero cambió su nombre por el apellido de un soldado herido en la guerra con Perú. Ubicado entre los ríos Putumayo y Caquetá, limita con Ecuador, Perú, el departamento del Amazonas y el Caquetá. Es el municipio más extenso del Putumayo. El Parque Natural Nacional La Paya ocupa cerca de la mitad de este territorio, y fue creado con el fin de proteger los hermosos paisajes, las innumerables especies de flora y fauna y las manifestaciones históricas y culturales de esta parte del Amazonas, además cuenta con aeropuerto y gente emprendedora, que lo convierte en un escenario propicio para el ecoturismo y la investigación ambiental. El paso fronterizo que existe en este municipio lo convierte en un sitio estratégico para la región, al tener un constante intercambio comercial y cultural con el Ecuador.

San Miguel, creado en 1.994, cuya cabecera municipal es La Dorada, tiene hermosos paisajes amazónicos que transcurren a lo largo del río del mismo nombre.

Valle del Guamuez  creado sobre el valle que forma el río Guamuez desde alturas de páramo hasta encontrar las planicies amazónicas, era un espeso bosque lleno de animales salvajes, reptiles venenosos e insectos, lo que lo hacía un lugar casi impenetrable para los colonos. Solo la ambición que generó el caucho y el oro o, como en el caso del señor Emiliano Ospina, desesperado buscando al Curaca Mario Queta, para que curara a su esposa, se atrevieron a entrar. Este último agradecido por la salud otorgada, se quedó a vivir formando un pequeño poblado que llamó La Hormiga. Hoy los Valleguamuenses son orgullosos de sus orígenes indígenas (Cofanes principalmente) y colonos, aunque tienen en el petróleo su principal sector económico, propenden por mantener vitales sus hermosos ecosistemas.

Villagarzón, corregimiento de Urcusique perteneciente a Mocoa, decidió en 1942 volver a reconstruirse por iniciativa del coronel Julio Garzón Moreno, pues donde estaba no era apto para seguir urbanizándose, por ser una zona ondulada. Cuando se creó el municipio, pasó a llamarse on el mismo nombre en honor a dicho coronel. Este es el cuarto municipio creado en Putumayo y el primero que generaron civiles (los anteriores fueron creados por misiones religiosas). Situado a solo 40 minutos de Mocoa, cuenta con el aeropuerto por el que se accede vía aérea a la capital del Putumayo, esto le permite ser un lugar importante en la economía del departamento, además de contar con una producción agrícola amazónica y de piedemonte.


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