Es obvio que esta ciudad ha cambiado aunque en el centro en plena carrera 7a. cuando estuve hace poco, se veían los baches de las calles con vendedores en pleno centro de ellas, producto seguramente de la pavimentación que se venía, y es probable que esta vía haya sido mejorada, sin embargo se parecía a las que uno ha visto de los antiguos pueblos del lejano oeste de los Estados Unidos, o de los pueblos de tierra caliente donde la modorra a veces se deja traslucir, y muy a pesar del vocinglerío de las gentes en ese ir y venir agitadas para abordar los buses de la Diecinueve, la Décima, y además ver que los libreros o sus negocios ya no existen como tales, y las historias viejas de sus personajes han desaparecido, porque ahora se encuentran ubicados por los lados de las 14, 15 y 16 y carreras aledañas en centros comerciales, adonde el comercio de los libros pirateados y de segunda era profuso a pesar que toda esta transformación se fue dando paulatinamente que los que viven en ella ni se dan cuenta. Un negocio que cambió porque solo alcancé a divisar a unos libreros que sobreviven con este por que el Internet todo lo acabó. Los clubes de ajedrez como en todos lados del país, apenas alcancé a divisar a "El Lasker", y con ellos se fueron todos esos personajes que siendo famosos por el juego ciencia en medio de los que acudían a verlos, y a disfrutar también con sus apuestas y las historia de sus vidas en las que muchos llegaban de aventureros a apostar contra el que fuera, para entusiasmar a mas de uno que quisiera, afirmando que en 7,10, 12 o más jugadas había un jaque mate obligado, en los tiempos que cogió más fuerza el juego ciencia cuando Bobby Fischer ganó el campeonato mundial contra Boris Spasski en 1.972, en medio de esos espectáculos que a pesar del frío extremo de esos años uno los podía presenciar incluso por la calle, como lo fue el famoso Match del siglo pasado adonde la Unión Soviética fue la abanderada de este deporte desde 1.948 hasta su desaparición, y en que a pesar de ganar y quedar con su reputación mundial que reflejaba la división antagónica entre oriente y occidente, al celebrar otro con el mismo Spasski en Yugoeslavia, y ser prohibido el encuentro por los Estados Unidos por lo sucedido con los Bosnios, abandonó este deporte y luego de antes perder por no participar en el encuentro mundialista contra Karpov. cuando Colombia todavía figuraban maestros que le dieron brillo a este deporte en el mundo como Carlos Cuartas, Miguel Cuellar, Luis Augusto Sánchez y Boris de Greiff, y de otros jovenes que ya eran eminencias destacadas de este a nivel mundial, y que seguramente todavía algunos sobreviven con sus historias y recuerdos en medio de los matchs que se daban en estos clubes de la séptima, y que como en el caso del Capablanca, era uno de los más populares porque además de ser frecuentado por esmeralderos, estudiantes, detectives, y muy conocido por el publico capitalino en general, porque funcionaba casi que las veinte horas diarias, y a veces jugadores y campeones famosos se daban el lujo de jugar toda una noche, junto con otros dos que quedaban por dos calles cercanas pasando la avenida Jiménez hasta el norte. Más hacia el sur y casi llegando a la casa del 20 de julio y después de los estragos que sucedieron como consecuencia de los hechos sucedidos en el Palacio d Justicia, al lado izquierdo hubo un callejón muy famoso donde los fotógrafos desde diferentes partes, y de la misma Plaza de Bolívar acudían allí, a revelar sus fotos, y porque en esa época era muy común una especie de minúsculos telescopios donde se colocaban las diapositivas y que servían de llaveros para aquellos que querían tener una foto de recuerdo de sus andares por esta plaza, y le pagaban a los fotógrafos que entre otras cosas eran muy populares en los clubes de ajedrez. En alguna ocasión después de estos sucesos y de otras cosas dramáticas que me obligaron a vivir con un corset por mas de un año y que cubría todo mi pecho, cuando todavía andaba somnoliento por una medicina que tomaba para que pudiera sobrevivir por las voces incoherentes que a veces escuchaba. Me alegró mucho llevar una niña y un niño muy pequeños de familia para que conocieran este parque por el que anduve muchas veces con amigas y amigos de universidad y porque uno se entretenía viendo cómo la gente llegaba a dar de comer a las palomas, a tomarse su respectivas fotos de recuerdo y a entretenerse de la vida, a los que llevé a que conocieran esta plaza que conocí desde muy niño, y adonde nos tomamos una foto como recuerdo. Luego como a los tres días fui a reclamarla con la boleta que nos dio el fotógrafo, a aquel callejón o pasaje comercial, y me encontré que la diapositiva había quedado transparente como si el bromuro de plata al revelarla, a propósito la hubiesen dañado, y era algo que no me esperaba, y que luego de otras cosas que pasaban por las calles, entendí que me estaban enviando un mensaje, y entonces me acordé de aquel club de ajedrez donde un campeón distrital que teniendo una hermana en la Fuerza aérea y otros dos hermanos, también me dijo por esos tiempos que su papá había tenido en Santa Barbara una de las mejores fotografías del sector, y que él no era su hijo sino de un judío, y aunque nunca supe sí fuera cierto o no, como cuando Ud escribe un blog y al ir a revisar cómo quedó, su imaginario particular le coloca un cajón vacío en vez del logo del Facebook porque se dedica a amenazar cada que uno escribe, o porque algún negocio hay de por medio, violando la privacidad y convirtiendo el P.C. en una sutil amenaza sicológica, lo mismo que hizo este en su tiempo, con quien nos asociamos en su casa para fabricar unos estuches para fantasías, y que íbamos con otro amigo a trabajar, pero que nos tocaba esperar a que guardara un perro pastor Alemán, cuyo nombre era Damian tomado del de una novela Hernanm Hess, y entonces nos tocaba esperar, y que también hace parte de la historia de esos ajedrecistas famosos, y a quien con los años -Mario Clavijo- según supe que murió medio chiflis y viejo, y que así sus hermanos pudieron vender la casa a un comerciante de antigüedades, según me dijeron unos vecinos suyos del sector, pues fue muy conocida su fama en el barrio y en Bogotá, y que así me enteré porque con frecuencia iba a vender libros en el barrio Las Cruces muy conocido en la historia, ya que además de la iglesia funcionaba o funciona un colegio famoso de la antigua Bogotá, y donde el hablado del rolo era muy peculiar con sus propias características, pues allí se manifestaban más que en otras partes; perro que entre otras cosas era muy parecido al de unos agentes que casí me castra y mata al frente de la casa en aquel interior, y así comencé a darme cuenta de otra ciudad porque la veía muy diferente. Uno se imagina que en esas calles tal y como durante años se la hicieron a uno que conocí mediante la practica de los lavados de cerebros, y supuestos atracos que vivió, y los enredos de familias mediante lavados de cerebros con los cuales los enloquecían y... Mejor no decirlo. Muchos están presionados por cuenta de otros que tienen algún tipo de poder. Una ciudad que desconocí por casi media vida, o mas sin darme cuenta, y sin saber con quienes traté, pues aunque algunos fueron amigos otros eran fantasmas de mundos alienados que lo hacían presionados por sus esclavizadores. Es curioso, allí a donde hoy está el Palacio de Justicia existieron unas casas antiguas que abarcaban un gran espacio donde hubo unos billares famosos que eran muy concurridos por los bogotanos y adonde iba mucha gente a jugar billar y otro tipo de juegos que en esos cambios que se hicieron ahora está, esta el moderno edificio del Palacio de Justicia. La Plaza de Bolívar que junto con el parque Santander fueron el eje del desarrollo del interior del país por los españoles y ha sido plaza de mercado, lugar de castigo para los infractores de las leyes coloniales, lugar de la fuente de agua para que sus habitantes se sirvieran de ella, centro administrativo adonde está el antiguo edificio Liévano, la Catedral adonde están, o estaban los restos de Gonzalo Jiménez de Quesada, y hacia los cerros oriéntales por la calle 10a. lo que constituye el barrio de La Catedral donde los negocios de antigüedades florecieron, lo mismo que los de uniformes y accesorios para los militares y policías, Iglesias y Colegios que hacen de este sector uno de los más antiguos y visitados por turistas, y que como en todos los tiempos también revela la situación económica de todo un país, porque en esas casas antiguas que parecen edificios al estilo republicano con patios amplios en el centro, con muchas viviendas, y con dos pisos en todo el rededor del patio y de cielo rasos altos, después las vi convertidas en negocios sin ningún patrocinio del estado, pero que por la sobrevivencia de los dueños que la heredaron de generaciones antiguas, quedaron convertidas en diferentes tipos de negocios, y cercanas a la carrera 7a. o antigua Calle Real y a la Plaza de Bolívar.
