En estos tiempos los conceptos de Populismo y Esclavismo, nos recuerdan la realidad que vive Colombia, aunque diferente a lo que era hace unos años, donde no se podía hablar, o decir nada en contra del gobierrno, o por la confrontación que vivíamos a cuenta de las guerrillas y que como consecuencia han habido tantos cambios sociales y políticos que propiciaron el surgimiento de la JEP -Jurisdicción Especial para la Paz- cuyo componente judicial del sistema de verdad, justicia y reparación y No Repetición, creado por Gobierno Colombiano y las Farc-Ep en donde se juzgan y sancioan los delitos más graves cometidos por estos, y que corresponden a las muchas injusticias cometidas en el transcurso del tiempo; así también a las de los paramilitares que surgieron en contrapeso de los anteriores, que también cometieron delitos de lesa humanidad igual de graves que han ensombrecido la historia de un país que duele por un capitalismo que para su desarrollo ha consentido en parte tantos perjurios con las limitaciones que la misma justicia, la judicatura, como los estamentos de los representantes elegidos por el pueblo, así también existan otros organismos representados por las bases populares, y que hoy son mella de la discordia generalizada en donde dichas palabras con sus conceptos generan más de un acalorado debate, que casi hasta la fuerza nos llevan a los ciudadanos a pensar, qué es lo mejor que nos merecemos los colombianos.
Con el actual gobierno que muchos dicen es populista, y enerva a más de uno, porque se ha propuesto cumplir con lo que prometió en campaña, surge la duda, sí será de los que lo critican por lo que ofrecía, o será más bien que todavía el imaginario de los esclavistas subsiste en estos tiempos, y que los que hablan de democracia son los embustes con que se engaña a los pueblos.
No sobra decir, que los que vimos la discusión en los noticieros de la televisión colombiana sobre la escena de nuestros Senadores que resultaron haciendo la propuesta de la Reforma Laboral para aprovechar, y de paso no permitir supuestamente la propuesta de la Consulta Popular, que de manera amañada -según parece- dieron vía libre a la antigua propuesta de la Reforma Laboral, para así negar a los que convocaban dicha consulta. Y claro que Colombia merece una reforma laboral que fue negada por los mismos que hoy la ensulsan.
Marrulleros (Farrulleros) dirían a viva voz los adversarios que perdieron, y que según parece, nos hicieron acordar de viejas reformas de hace años de años, en donde quitaron muchas leyes que favorecían a las clases trabajadoras. Ni que decir decir de los esclavistas de estos tiempos que consideran todavía que no tenemos derechos a dichos cambios para el bien de las futuras generaciones.
Y es que el sombrío de la burla como parte de la mentalidad de los colombianos parece que todavía honra a nuestros Senadores con el fin de usar todavía las enseñanzas de Maquiavelo para honrar a los príncipes herederos fieles a la sumisión de un pueblo, por el bienestar de sus soberanos qué todavía están imbuidos por la codicia del poder de unos cuantos.
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